La campana de Huesca: 21

Capítulo XX 21 Pág. 21 de 35 La campana de Huesca Antonio Cánovas del Castillo De los escrúpulos que tuvo el piadoso don Ramiro con ocasión de una mentira, y cómo hizo penitencia de su pecado -Caballero, hablo con vos. Si porque encubierto estoy... -Si decir algo tenéis, descubrid... (El trovador) Largo tiempo duraron los gritos y el entusiasmo, sin que volvieran a decir cosa que merezca repetirse letra a letra Maniferro ni don Ramiro. Maniferro, que al parecer quería tomarse tiempo para meditar sobre el pacto gravísimo de que trataban, principalmente habló del castigo de los ricoshombres aragoneses; y afirmó que al día siguiente sabría ya lo que decía de la buena alianza que se le preparaba el buen conde de Barcelona. A don Ramiro le contentaron mucho estas noticias, y aseguró también, a medias palabras, que el rey de Aragón sabría y aceptaría, antes de mucho, el medio que se le ofrecía de dejar bien amparada a su hija...

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