La campana de Huesca: 10

Capítulo IX 10 Pág. 10 de 35 La campana de Huesca Antonio Cánovas del Castillo De una plática sentimental que pasó entre el rey don Ramiro, de buena memoria, y la hermosa doña Inés de Poitiers No lloréis, casada de mi corazón, que, pues yo soy vuestro, lloraré por vos. (Romancero general) En tales angustias estaba don Ramiro cuando, de repente, se le puso ante los ojos su esposa doña Inés, pálida, descompuesta, sin otras galas que el dolor, sin más compañía que el llanto. No podía haber llegado más a propósito. Don Ramiro comenzaba a sentir que no bastaba su ánimo para soportar, ni bastaba su pensamiento para resolver tan grandes contrariedades como albergaba en el espíritu. Al ver a doña Inés, que era tan infeliz o más que él, y sin culpa alguna; al contemplar doloridos sus ojos, donde tantas veces había encontrado ventura, y pálidas sus mejillas, y contristadas todas sus facciones, notó que la piedad embargaba su...

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