La campana de Huesca: 16
Capítulo XV 16
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La campana de Huesca
Antonio Cánovas del Castillo
De un miedo muy grande con que probó Dios a cierto caballero, y cómo este se dispuso a recobrar su honra con grandes hazañas
... Et Deus recessit a me
et exaudire me noluit.
(Saúl)
Las riendas tomad, señor,
con aquesta mano misma
con que asides el escudo,
y ferid en la morisma.
El Rey, como sabe poco,
luego allí les respondía:
-Con esa tengo el escudo,
tenellas yo no podría,
ponédmelas en la boca
que sin embarazo iba.
(Romance viejo)
Don Ramiro quedó solo al desaparecer Aznar: solo en el ancho y silencioso campo.
La noche no era oscura, pero los matorrales, que vestían uno de los lados del camino, hacían que lo pareciese, dando de sí una sombra densa y fatídica.
Por algunos momentos se mantuvo aún don Ramiro en medio del camino. Luego se dirigió pausadamente hacia el matorral, y se sentó en lo más...
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