La de los tristes destinos : 18
La de los tristes destinos Capítulo XVIII
de Benito Pérez Galdós
Elegido por el ansotano un sitio para vivaquear, encendieron lumbre y a ella se arrimaron gozosos; que Agosto dejaba sentir en aquellas alturas su cruda frialdad. La noche fue alegre, amenizada por la fogata y una cena frugal. Con esto y una dormida breve, repararon sus fuerzas, y a la madrugada siguieron su camino por gargantas estrechas y ondulantes senderos con más bajadas que subidas. A las tres horas de camino oyeron un ujujú lejano, después otro más próximo. «No hay qué temer -dijo el práctico-: son amigos», y soltó él una especie de relincho que repercutió en las solitarias hoces por donde caminaban. Al poco rato se les aparecieron tres hombres armados de escopetas. Eran montañeses de Hecho. Reconocidos por Quirós, se estrecharon las manos gritando: «¡Aragón... Libertad!».
Al cabo de otra larga caminata, vieron dos hombres que se alejaban traspasando una loma: eran carabineros franceses...
Está viendo el 6% del contenido de este artículo.
Solicitud de acceso
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
ACCESO COMPLETO
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
SIN PUBLICIDAD
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
ACTUALIZACIÓN
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales:
Enseñanza
Bibliotecas públicas