La de los tristes destinos : 31

22/10/2009 3.953 Palabras

La de los tristes destinos Capítulo XXXI de Benito Pérez Galdós Retirose Lacy. Al cuarto de hora tomaba posiciones, y empujado por el General de su división daba la orden de romper fuego. Cazadores contra Cazadores embistiéronse a tiros; pronto lo harían cuerpo a cuerpo con encarnizada fiereza. El combate se generalizó entre Yegüeros y el Capricho; el cañón de las tropas de la Reina, que era de los de acero, de modernísima construcción, empezó a tronar desde las alturas lejanas; el cañón revolucionario, de bronce, algo anticuado, pero dirigido con más arte y conocimiento por López Domínguez, tronaba desde acá. Unas y otras piezas hacían estrago. Los proyectiles de la artillería enemiga, que en el aire trazaban horribles espirales, venían a caer muy detrás de la infantería de Serrano; sin reventar empotrábanse en el suelo blando, levantando la tierra en forma semejante a la de los montículos que hacen los topos... En el extremo izquierdo de la línea,...

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