La de los tristes destinos : 04

La de los tristes destinos Capítulo IV de Benito Pérez Galdós Con gana cogieron la libertad Ibero y Leoncio Ansúrez. Mentira les pareció que se veían en la calle, después de dos semanas de horrible incertidumbre, temerosos de perder la vida o de ser mandados a un lejano y mortífero destierro. Locos de alegría y ávidos de correr para desentumecerse y activar la circulación de la sangre, desde el depósito de Leganés emprendieron la marcha hacia Madrid, hablando poco y sólo para felicitarse, para cantar su dicha con expresiones breves que parecían giros musicales. ¡Qué suerte la suya! ¡Eterna gratitud debían a don Manolo Tarfe y al Marqués de Beramendi! De milagro habían escapado, porque en rigor de verdad no eran inocentes, aunque otra cosa dijese el buen Tarfe a doña Isabel para captar la Real clemencia. Uno y otro se habían batido en la calle de la Luna, después de haber empleado todo el día 21 en la preparación de armas para el paisanaje. Su trato,...

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