El tesoro de Gastón: 09

Capítulo IX 09 Pág. 09 de 15 El tesoro de Gastón Emilia Pardo Bazán Iniciación Con más impaciencia que antes deseaba Gastón el momento de saludar a Antonia Rojas, que ya tenía para él los alicientes del misterio; y pareciéndole que al tercer día no es incorrecto visitar a una señor a que lo permite, escogió las primeras horas de la tarde y se echó a adivinar el camino, por no buscar guía que le condujese. Sin gran trabajo se orientó y llegó al pie de la tapia, encontrando de par en par la verja que cerraba el portón. No era cosa de meterse como Pedro por su casa, y al mismo tiempo no veía a nadie, cuando de entre un macizo de flores salió disparado el niño, tendiéndole los brazos y el corazón en ellos. -¡Vaya, por fin vienes! -chillaba la voz aguda y fresquísima-. ¡Pero cuánto tardaste! Yo quería ir ayer a buscar contigo el tesoro... y no me dejó mamá. ¡Qué gusto! He de enseñarte mis cabritas... Otelo, no ladres, tonto... es gente...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información