El tesoro de Gastón: 14

Capítulo XIV 14 Pág. 14 de 15 El tesoro de Gastón Emilia Pardo Bazán Miguelito Loco ya, pero de contento, llegó el niño a Landrey a cosa de las once, acompañado de Colasa, encargada también de recogerle antes del anochecer, y a quien Gastón hizo extensivo el convite, encomendando a Telma que la obsequiase cumplidamente. A medio día se sirvió el almuerzo, y, Miguelito, estimulado por la caminata y la novedad, lo encontró todo de ángeles; fue preciso que Gastón le contuviese, para que el festín no parase en cólico. Después de comer recorrieron las habitaciones del Pazo y las ruinas del castillo, sin olvidar la vetusta torre en que se conocieron, y donde Gastón, en un arranque de sensibilidad, besó al niño subiéndole en brazos; mas como las tardes de verano son largas, y Gastón deseaba que su convidado no se aburriese un minuto, preguntole: -¿Qué quieres hacer ahora? ¿Quieres pasear? ¿Quieres que volvamos a casa, a ver las estampas del álbum?...

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