El Niño de Guzmán: 04

Capítulo IV 04 Pág. 04 de 13 El Niño de Guzmán Emilia Pardo Bazán Regreso de las contrabandistas La conmemoración del augusto muerto cerró la discusión sobre el Niño, y otra cuestión más actual volvió a agitarse. Los ojos de Mauricio seguían clavados en la esfera del reloj, y no ciertamente por admirar sus auténticas cinceladuras del Imperio. Marcaba las dos y diez y ocho... Y Borromeo, sintiendo renovarse el prurito de atormentar, antes calmado por su efusión al hablar del primo Pedro, insinuó como al descuido: -Pero, Mauricio, ¿qué le pasará a tu señora? ¿Rusia y otras potencias extranjeras la tendrán cautiva en Biarritz? -No seas plomo -respondió alzando los hombros el mayor-. Ya poco tardará tu futura, tu Gelita. Nadie te la roba... -Y si alguien quisiese robármela -replicó Borromeo-, no creas que perdería horas en tirar al blanco... ¿Sabe usted, Tranquilo, un hecho curioso? En las salas de tiro suelen comparar cartones... Y el...

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