Capítulo IX& 160;10Pág. 10 de 35La campana de HuescaAntonio Cánovas del Castillo De una plática sentimental que pasó entre el rey don Ramiro, de buena memoria, y la hermosa doña Inés de Poitiers No ...
Capítulo XIX& 160;20Pág. 20 de 31LágrimasFernán CaballeroA la noche siguiente trajo Genaro la consabida carta para Lágrimas, que Reina tomó y guardó al entregársela Genaro con la mayor indiferencia ...
Los tres mosqueterosLa intriga se anudade Alejandro Dumas (padre) Una vez hecha la visita al señor de Tréville, DArtagnan tomó, todo pensativo, el camino más largo para regresar a su casa.¿En qué ...
Rojo y negrode Stendhal Una negociación& 160;Cunctando restituit rem.ENIO-¡Contesta sin mentir, perro inútil - repitió Sorel-. ¿De qué conocestú a la señora de Rênal? ¿Dónde la has visto? ¿Cuándo ...
Torquemada en la hoguera& 160;: 4de Benito Pérez Galdós El d& 237;a siguiente fue todo sobresalto y amargura. Quevedo opin& 243; que la enfermedad era inflamaci& 243;n de las meninges, y que el chico ...
El cura de vericueto Segunda parte - Capítulo IIIde Leopoldo Alas No sólo el orgullo me incitaba a darle tiempo y forma al barón para cambiar la rueda de la fortuna: también la simpatía que me ...
El sino Capítulo Xde Joaquín Dicenta Después de su muerte comenzó para Anatolio la verdadera dicha. La tarde del entierro escuchó desde su ataúd la oración fúnebre del ministro, y tuvo para reir un ...
Lucinda, yo me siento arder, y sigode Lope de Vega Soneto 81& 160;& 160;& 160;& 160;& 160;& 160;& 160;Lucinda, yo me siento arder, y sigo el sol que deste incendio causa el daño; que porque no me ...
IntroducciónFleming es investido doctor honoris causa por la Universidad de Madrid (1948).FLEMING confesó a un amigo que su vida estaba rota. Y, efectivamente, los primeros días pareció que envejecía ...
Capilla de Notre-Dame-du-Haut en Ronchamp (1950-1955).TRAS la revolución de 1917, la construcción, en Rusia, se paraliza; al mismo tiempo, el tema de la arquitectura se plantea en forma de viva ...
El ánimo solícito y turbadode Lope de Vega Soneto 172& 160;& 160;& 160;El ánimo solícito y turbado, como se ve en el mar la inquieta boyamiraba Albano el campo en que fue Troyade fuego un tiempo y de ...
IgualdadCapítulo XXXI.Ni en esta montaña ni en Jerusalénde Edward Bellamy A la mañana siguiente, siendo otra vez necesario que Edith se presentase en su puesto de servicio, la acompañé a la estación ...
Ya se deja entender qué regocijo habría en Burgos con haber recobrado a la Infanta, y también la villa de Nájera. Con la tazaña del Caballero Triste, y el regocijo que en Burgos siguió a ella, ...
Las manosde Evaristo Carriego A todas las evoco. Pensativas,cual si tuvieran alma, yo las veopasar, como teorías que viniesenen las estancias líricas de un verso.Las buenas, las cordiales, ...
Las mil y una noches - Tomo VI pero cuando llegó la 893ª noche de Anónimo PERO CUANDO LLEGÓ LA 893ª NOCHEElla dijo:"... Y el yuzbaschi, con la nariz muy alargada, dijo para sí: "¡Alah maldiga a l ...
Un faccioso más y algunos frailes menos& 160;: 6de Benito Pérez Galdós El caf& 233; no estaba lleno de gente, y en su pesada y brumosa atm& 243;sfera se pod& 237;an contar los grupos diseminados ...
Neoclásicos y románticosDESDE el punto de vista artístico, el siglo XIX fue tempestuoso, múltiple, una sucesión de artistas y tendencias contrapuestas. Los primeros grandes nombres fueron David, ...
De tal palo, tal astillaCapítulo I: Patetade José María de Pereda Si no fuera por ese privilegio maravilloso y descomunal que se ha otorgado a los novelistas para describir lo más recóndito, leer lo ...
El paraíso de las mujeres: Capítulo XIVde Vicente Blasco Ibáñez Lo que hizo el Gentleman-Montaña para que Popito no llorase másAl día siguiente los periódicos lanzaron en sus ediciones de la tarde la ...
Estas postreras lágrimas te ofrezcode Lope de Vega Soneto 140& 160;& 160;& 160;Estas postreras lágrimas te ofrezco, ídolo de metal, imagen dura,por diezmo de mis penas y locura,si recibirlas tu piedad ...
4.245 palabras
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