La farisea : 09

Capítulo VIII 09 Pág. 09 de 12 La farisea Fernán Caballero Poco tiempo después llegaron el general y su mujer a Hinojosa. Esta última venía tan en extremo displicente, que ni aun deseos demostró de disimular su displicencia. No notó ni quiso notar el completo cambio de su hermana, aquella niña mal criada y voluntariosa; cambio que habían producido, sobre un buen fondo, los años, la suave y buena dirección de un marido de talento y buen juicio, y el amor a sus hijos. Así sucedió que la cordial acogida que recibió de Feliciana, fue fríamente rechazada. En cuanto a los parientes de su marido, a los que el excelente hombre recibió con los brazos abiertos, tuvo el dolor de verlos recibidos por ella con tal desvío y altivez, que siendo el pundonor tan susceptible y arrogante en el pueblo español, ninguno de ellos volvió a pisar la casa de la parienta, que parecía menospreciar su trato. El general reconvino con su natural bondad a su mujer; pero no...

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