Así paga el diablo: 02

Capítulo II 02 Pág. 02 de 09 Así paga el diablo Felipe Trigo -Siéntese. Ahora saldrá don Juan. Victorino se sentó y volvió a asombrarse. Un cuarto en toda regla. ¡Caramba! ¡Luego era verdad que era Juan aquello! ¡Luego podía ser verdad que un chico serio y tonto de remate, licenciado en ciencias morales y políticas, y socio del Atenco, por añadidura, podía ser tenido en cuenta para algo! El comedor, que no debía de estar muy lejos, enviaba emanaciones de jamón, de ternera, de manteca..., de todo eso a que huelen solamente las casas de huéspedes de a tres pesetas para arriba. Vio sobre la mesa una boquilla de pitillo y la cogió y se la guardó, con un rápido movimiento de la mano. Luego vio un diccionario inglés, nuevo, manuable, y lo cogió también y se lo sepultó en el gabán. ¡Demonio! Pero, ¡si, no era éste su paisano! ¿Confusión de nombres?... La duda acababa de ocasionársela un retrato. Sólo que se parecían, las caras también, y......

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