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... García Lorca Tengo miedo a perder la maravillade tus ojos de estatua, y el acentoque de noche me pone en la mejillala solitaria rosa de tu aliento.Tengo pena de ser en esta orillatronco sin...
Capítulo IX& 160;09Pág. 09 de 10SupercheríaLeopoldo AlasSerrano dio un grito; un grito nervioso, de miedo. Se sintió muy mal, como antaño, antes de sus viajes; peor que nunca: todo lo que presenciaba ...
El final de Norma Capítulo I: El autor y el lector viajan gratisde Pedro Antonio de Alarcón El día 15 de Abril de uno de estos últimos años avanzaba por el Guadalquivir, con dirección a Sevilla, El ...
LECTURAS Y COMBATESAntes de saber leer estaba en la antigua situación de la gente que miraba las imágenes y escuchaba las narraciones. No conocía el diálogo estrecho y perentorio entre el que escribe ...
Grito de gloria& 160;: 21de Eduardo Acevedo Díaz Un viernes por la noche la helada cubri& 243; los campos, que iluminaba la luna a trav& 233;s de un espacio de limpidez admirable.El suelo blanqueaba ...
La fontana de oro Capítulo XXIV Rosa mística de Benito Pérez Galdós «Hoy no he rezado nada» decía la devota a Clara al día siguiente de la entrada de Lázaro en casa de las ...
Su único hijo Capítulo Xde Leopoldo Alas Una mañana, muy temprano, Eufemia entró en la alcoba de Reyes, y le despertó diciendo: -La señorita llama, quiere que el señorito vaya a buscar a D. Basilio ...
Un voluntario realista& 160;: 23de Benito Pérez Galdós Propagose con fulminante rapidez, siendo de notar que parec& 237;a haber comenzado por dos puntos distintos; por la sacrist& 237;a y por las ...
Brenda& 160;: 7Estrella de marde Eduardo Acevedo Díaz Cuando Zelmar dej& 243; a Ra& 250;l, baj& 243; preocupado las gradas del vest& 237;bulo, puso un pie en el estribo de su carruaje, y antes de ...
... Parte Capítulo XIIde Fernán Caballero Primera parteCapítulo XIICual el niño que despoja una rosa, y echa sus hojas al aire, el tiempo va deshojando los meses, y echando sus días en lo pasado. Pasan ...
CRISI QUINTAde El Criticón: Segunda parte CRISI QUINTAPlaza del populacho y corral del VulgoEstábase la Fortuna, según cuentan, bajo su soberano dosel, más asistida de suscortesanos que asistiéndoles ...
Capítulo III& 160;03Pág. 03 de 10 El pasaporte amarillo Joaquín DicentaFué durante el crepúsculo, al regreso de una excursión campestre.Por influencias de Débora, y a ruego insistente de Miguel, se ...
El tulipán negroCapítulo IV: Los asesinosde Alejandro Dumas El joven, siempre protegido por su gran sombrero, siempre apoyándose en el brazo del oficial, siempre enjugando su frente y sus labios con ...
none& 160;21Pág. 21 de 36 La madre NaturalezaEmilia Pardo BazánCapítulo XXIPara subir a los Castros, había que dejar a un lado el monte y el encinar, torcer a la izquierda, y penetrar en uno de esos ...
Los Cien Mil Hijos de San Luis& 160;: 11de Benito Pérez Galdós Entrando de lleno en nuestro asunto, el triste Chactas me dijo:-Ya oir& 237;a usted ayer el discurso de Su Majestad. La guerra es ...
Muy graciosa es la doncella,¡cómo es bella y hermosa Digas tú, el marineroque en las naves vivías,si la nave o la vela o la estrellaes tan bella.Digas tú, el caballeroque las armas vestías,si el ...
Un faccioso más y algunos frailes menos& 160;: 26de Benito Pérez Galdós En el claustro hall& 243; Graci& 225;n al Padre Francisco Sauri, buen sujeto, catal& 225;n, ministro y procurador del seminario ...
A la muertede Pedro Calderón de la Barca Décimas¡Oh tú, que estás sepultado en el sueño del olvido, si para tu bien dormido, pata tu mal desvelado Deja el letargo pesado, despierta un ...
Capítulo& 160; XX Pág. XX de Bodas realesBenito Pérez Galdós»Volvieron a un trato cariñoso, aunque no muy íntimo, las dos hermanas -prosiguió Doña Cristeta-; pero la enormísima caterva de Muñoces ...
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