Zalacaín: 22

Zalacaín el aventurero Libro Segundo: Andanzas y correrías Capítulo XII de Pío Baroja EN QUE LOS ACONTECIMIENTOS MARCHAN AL GALOPE Entregaron los serenos a Martín en manos del alcaide, y éste le llevó hasta un cuarto obscuro con un banco y una cantarilla para el agua. — Demonio --exclamó Martín--, aquí hace mucho frío. ¿No hay sitio dónde dormir? — Ahí tiene usted el banco. — ¿No me podrían traer un jergón y una manta para tenderme? — Si paga usted... — Pagaré lo que sea. Que me traigan un jergón y dos mantas. El alcaide se fué, dejando a obscuras a Martín, y vino poco después con un jergón y las mantas pedidas. Le dió Martín un duro, y el carcelero, amansado, le preguntó: — ¿Qué ha hecho usted para que le traigan aquí? — Nada. Venía distraído silbando por la calle. Y me ha dicho el sereno: «No se silba.» Me he callado, y sin más ni más, me han traído a la cárcel. — ¿Usted no se ha resistido? — No. — Entonces será por...

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