XIX. La Ultima Campaña

Introducción

EL «espíritu pompeyano» que César no encontró en Roma se había refugiado en España. La falta de habilidad y los abusos de los legados de César habían provocado el descontento tanto de la población civil como del ejército. De nada sirvió la destitución del legado Quinto Casio y el nombramiento para el cargo de Trebonio, puesto que éste abandonó pronto el país. Reconstruida en Africa la coalición pompeyana, sus agentes, infiltrados en las legiones hispanas, fomentaron su rebeldía. Escipión no podía desperdiciar la oportunidad y mandó a España a los dos hijos de Pompeyo, a los que poco después fueron a unirse los dos grandes derrotados de Tapsos, Labieno y Atio Varo.

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