XIV. Dos grandes pasiones: democracia y liber tad

Thomas Jefferson. BENJAMÍN Franklin que, a pesar de sus ochenta y dos años, desarrolló una actividad incansable para concertar voluntades y disipar recelos durante la Asamblea de Filadelfia, pronunció un discurso memorable que transcribimos íntegramente por su valor documental y su doctrina verdaderamente democrática. El discurso dice así: «Señor Presidente: Confieso que no puedo aprobar enteramente, por ahora, la ley fundamental que se nos presenta; pero no quiero asegurar tampoco que deje de aprobarla más adelante. En la larga carrera de mi vida, muchas veces me he visto obligado a mudar de opinión aun sobre los asuntos más graves e importantes, ya por haber adquirido mejores informes y reflexionado con más detenimiento, ya, en fin, porque lo que al principio se me había presentado con todo el aparato de justicia, estaba muy distante de ser justo en realidad. A fuerza de tan continuos desengaños, hijos de la experiencia, que sólo se adquiere en el curso de los...

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