XIII. La Guerra en Grecia

Introducción

EL camino no podía ser otro que el de Grecia. Allí estaba la base de operaciones de Pompeyo. Pero, ¿esperaba éste que César se decidiera a atacarle precisamente ahora, arriesgándose a una peligrosa travesía marítima en pleno invierno? No parece probable. Podría, pues, pensarse en que la partida de César de Roma, considerada por todos como una acción temeraria condenada al fracaso, no lo era tanto, y, si lo era, había sido querida por el dictador, calculando conscientemente las proporciones de riesgo y de éxito. No era, por otra parte, la primera vez que apostaba a favor de lo aleatorio, de lo fortuito; y, aunque muchas veces había pagado sus improvisaciones con las vidas de la mitad de sus soldados, la otra mitad había clavado en las cumbres de la victoria los estandartes romanos.

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