XIII. El oro del Rhin

Cosima, la única

En el plano artístico, Wagner había sufrido una ruda decepción en París, donde Tännhausser fue objeto de una escandalosa recepción. Las palabras estimulantes de Baudelaire no bastaron para reparar el enorme daño moral y económico. El relativo triunfo de Lohengrin en Viena le devolvió el pulso. Hizo una gira por Europa. Empezaba a ser conocido, pero ahora era profundamente infeliz. Su naufragio conyugal, por un lado, y la evidencia de que sería muy difícil representar Tristán e Isolda, por el otro, suscitaban pensamientos tenebrosos. En cierto modo, el señor Wesendonck había hecho la vista gorda y había echado tierra sobre lo ocurrido. Pero Wagner ya no podía pedirle dinero sin ofrecer ninguna contrapartida. Se distrajo un poco con Mathilde Maier y con la actriz Friederike Mayer. No podía estar solo. Cuando hizo sumas y restas vio que su gira por Europa le había dejado bastante menos de lo esperado. La señora Ritter no podía mantenerle en ese tren de vida, esto estaba clarísimo. Consecuentemente, Wagner depositó todas sus esperanzas en Tristán e Isolda. Planeó estrenar esta obra en Karlsruhe, pero se vio forzado a desistir. Allí no podría contar con músicos ni con cantores para garantizar el éxito. El teatro mismo no se adaptaba a sus exigencias. Logró entonces que el conde Lankoronsky apoyase la promesa de estrenarla en Viena. Los aficionados a la. ópera se dieron cuenta de que algo raro pasaba: el día del estreno sufría una curiosa serie de aplazamientos. Y sucedió lo previsible: al cabo de medio centenar de ensayos, el tenor que debía encarnar a Tristán arrojó lejos de sí la partitura. El director de la orquesta de Viena aprovechó el momento para decir que la obra era «absurdamente difícil». El conde Lankoronsky tuvo que bajar la cabeza. Wagner confesó: «No he sido arrojado a una simple catástrofe; éste es el comienzo de mi fin».

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información