Introducción LOS servicios directos que Galileo prestó a la astronomía se pueden resumir prácticamente en sus descubrimientos telescópicos. Al perfeccionamiento teórico de la ciencia él apenas aportó nada. Es cierto que Galileo indicó que el llamado «tercer movimiento», introducido por Copérnico para explicar el paralelismo constante del eje de la tierra, era una complicación superflua; pero puso en su lugar la hipótesis, igualmente innecesaria, de una atracción magnética, y no llegó a comprender que el fenómeno que debía ser explicado era, en relación con el espacio absoluto, no el movimiento, sino la ausencia de movimiento.