XII. Grandes jugadas sobre el tablero europeo.

El bloqueo continental contra Inglaterra

Apoyándose en su hegemonía en Europa, Napoleón decidió llevar a cabo el bloqueo continental en contra de Inglaterra. Mediante el famoso decreto de Berlín se inició dicho bloqueo, que desempeñaría un papel importantísimo en la historia del imperio napoleónico, en Europa e incluso en América. El bloqueo se convirtió en el origen de todas las luchas económicas y, por tanto, políticas, que tuvieron lugar a partir de entonces en el período imperial.

Se prohibió todo tipo de comercio o correspondencia con Inglaterra y se ordenó la detención de todos los súbditos ingleses, así como la confiscación de sus bienes. Para que estas medidas tuviesen el efecto deseado era imprescindible que todos los países europeos las cumplieran a rajatabla. Bastaría con que un país siguiera manteniendo relaciones comerciales con el reino de Su Majestad británica, para que quedasen reducidos a la nada los efectos del decreto, ya que a través de aquel país las mercancías inglesas podrían ser fácilmente distribuidas por toda Europa, encubiertas bajo otras etiquetas. Esto empujó a Napoleón a continuar la conquista del continente europeo.

A partir de la promulgación del decreto, Napoleón, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, comunicó sus instrucciones concernientes al bloqueo a todos los países que se encontraban bajo el yugo de su imperio. Ordenó asimismo la ocupación del litoral del mar del Norte y del Báltico para evitar la entrada de mercancías inglesas.

Europa recibió las órdenes con gran temor y sumisión, y a Inglaterra sólo le quedó en el continente el apoyo ruso.


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