X. En la noche y la miseria

TRAS reponerse unos días en Londres, Wagner, su esposa y el perro se embarcaron en un vapor. Cruzaron el canal de la Mancha el 12 de septiembre de 1839. Ya en suelo francés, en Bolugone-sur-mer, los Wagner juraron no volver a desafiar la cólera del mar. La primera noticia estimulante la recibieron allí mismo. Meyerbeer estaba de vacaciones en Boulogne. Wagner fue amablemente recibido por el maestro ya consagrado, el cual se mostró dispuesto a estudiar Rienzi, la ópera inacabada. Si dejamos de lado algunos detalles, era evidente que esa ópera no desafiaba los usos y costumbres del momento. La sublevación de Cola di Rienzi le había inspirado a Wagner una obra en la que se dejaban sentir las influencias del Hernán Cortés de Spontini y de Roberto el diablo, del propio Meyerbeer. Hans von Bülow llegaría a decir que Rienzi era, precisamente, la mejor ópera de Meyerbeer… El hecho es que a éste le gustó. Dio al joven músico sentidas cartas de recomendación para el...

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