VIII. El Manifiesto

Los exiliados alemanes que residían en París, constituyeron una Legión para apoyar a los republicanos, dirigida por Georg Herwegh a cuyo alrededor se aglutinó una gran cantidad de voluntarios. Su propósito era atravesar el Rhin y entrar en territorio alemán para ayudar militarmente a la sublevación alemana. Querían instaurar el socialismo por las bayonetas. Engels llegó a entusiasmarse con la idea y estuvo a punto de sumarse a los revolucionarios. Por el contrario, para Marx el proyecto era una ilusión, que terminaría en el fracaso. Esta negativa a la aventura le valió la acusación de traición. Pero tenía razón: los legionarios abandonaron París para cruzar el Rhin y fueron aprehendidos y rápidamente aplastados por las tropas alemanas que estaban al tanto del plan.