VIII. El Drama de Compiègne

Introducción

Juana de Arco en la ceremonia de la consagracin del rey, por Ingres.

TRAS la triunfal campaña del Loira, la marcha sobre París. Ahora, el relajamiento total. Los emisarios de Carlos recorrieron la región «conquistada», asegurando que todo estaba bajo control. No era así. Pero ahora el rey quería descansar y esto no se podía decir sinceramente. Juana se reunió con él en Gien. Estaba deprimida ante el curso de los acontecimientos. La consoló la oportuna llegada del duque de Alençon, el cual aseguraba haber descansado lo suficiente. Ante la imposibilidad de conquistar París, el duque consideraba oportuno entrar en Normandía, que era el centro de atención de Bedford y del cardenal de Winchester. Un enfrentamiento con ellos podría ser más decisivo que una infructuosa sangría ante las murallas de París. Necesitaba la ayuda de Juana. Estaba seguro de que muchos hombres de armas estaban esperando el momento… Los hombres que habían avanzado sobre París se habían dispersado, pero muchos ya no sabían qué hacer consigo mismos. Vagaban sin rumbo. Una llamada oportuna y todos irían con la Doncella hacia la Normandía. Sin duda, también acudirían Gilíes de Rais, Dunois y los otros caballeros que habían ido a descansar a sus castillos. Pero el duque de Alençon y Juana toparon con una terca negativa del monarca. Se ha dicho que Georges de La Tremouille cerró el paso al duque de Alençon, movido por el temor a que éste le hiciera sombra en el círculo íntimo del monarca. Se adujo falta de dinero, necesidad de reponer energías. También se esperaba alguna respuesta positiva por parte del duque de Borgoña. Y esto era lo más ingenuo.

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