VIII. De Königsberg a Riga

TRAS la pelea en el mismo instante de la boda, se podía predecir cualquier género de desgracia. Se instalaron en un piso particularmente lúgubre y frío. Pronto se reunió con ellos Natalie, la «hermana» de Minna. Wagner no tenía nada claro de qué iban a vivir, pero se puso a trabajar inmediatamente en una ópera cómica: Más astuto es el hombre que la mujer o La alegre familia de los osos. Sin poderlo remediar, Minna se sintió muy incómoda en el hogar a cuya fundación ella misma había contribuido decisivamente. Tenía que ocuparse de todas las tareas de la casa, tenía que velar por Natalie —una niña absolutamente dependiente y muy llorona—, tenía que memorizar sus papeles de actriz y tenía que trabajar en el teatro. Y para colmo, tenía que soportar los imperiosos golpes que los sucesivos prestamistas daban en la puerta. Con motivo de la boda y de la instalación de su familia, el joven compositor había dado muestras de su típica prodigalidad. Y ahora había que...

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