Vida del pícaro Guzmán de Alfarache: 22
Capítulo III Cómo Guzmán salió de su casa un viernes por la tarde y lo que le sucedió en una venta 22
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Vida del pícaro Guzmán de Alfarache
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Era yo muchacho vicioso y regalado, criado en Sevilla sin
castigo de padre, la madre viuda -como lo has oído-, cebado a
torreznos, molletes y mantequillas y sopas de miel rosada, mirado
y adorado, más que hijo de mercader de Toledo o tanto.
Hacíaseme de mal dejar mi casa, deudos y amigos; demás que es
dulce amor el de la patria. Siéndome forzoso, no pude escusarlo.
Alentábame mucho el deseo de ver mundo, ir a reconocer en Italia
mi noble parentela.
Salí, que no debiera, pude bien decir, tarde y con mal.
Creyendo hallar copioso remedio, perdí el poco que tenía.
Sucedióme lo que al perro con la sombra de la carne. Apenas
había salido de la puerta, cuando sin poderlo resistir, dos Nilos
reventaron de mis ojos, que regándome el rostro en abundancia,
quedó todo de lágrimas bañado. Esto y querer...
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