EL 26 de abril de 1491 el poderoso ejército cristiano que se proponía arruinar definitivamente el imperio musulmán español, acampó junto a la fuente de los Ojos de Huéscar, en plena vega granadina y a dos leguas de la ciudad. Era voluntad de los Reyes Católicos no levantar el sitio hasta su rendición, y para ello tomaron todas las medidas necesarias. El ejército preparado aquella primavera unos lo cifran en cincuenta mil hombres y otros en ochenta mil. La plaza sería rendida a fuego y hambre. Para que los habitantes de la metrópoli morisca no pudieran abastecerse de alimentos, fueron arrasadas las vegas de los valles de las Alpujarras y talados los árboles. El sitio se hizo en toda regla. Es más, para que los moriscos no creyeran que el ejército se retiraría y disolvería a la llegada del invierno, como había ocurrido siempre, se levantó la ciudad de Santa Fe construida a base de ladrillo y mampostería, con lo cual las tropas podían invernar perfectamente sin perder de vista las murallas de Granada y las torres de la Alhambra. «La erección de Santa Fe —escribe Prescott- por los españoles produjo más sombríos terrores en los habitantes de Granada, que los que causaron sus más brillantes triunfos militares; porque veían a sus enemigos estableciéndose en su mismo suelo, resueltos a no abandonarlo nunca.»
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: