Veinte años después: XXXIV El fraile

Veinte años después: Capítulo XXXIV. El fraile de Alejandro Dumas Había dos hombres tendidos en el suelo; el uno inmóvil, vuelto de espaldas, atravesado por tres balazos y nadando en sangre. Estaba muerto. El otro, recostado en un árbol, sostenido por dos lacayos, con los ojos clavados en el cielo, y las manos unidas orando fervorosamente. Un balazo le había roto la parte superior del muslo. Los jóvenes dirigiéronse primero al muerto y se miraron con asombro. ––Es un cura ––dijo Bragelonne––, está tonsurado. ¡Ah, malditos! Ponen las manos en los ministros del Señor. ––Venid aquí, caballeros ––dijo Urbano, soldado veterano que había hecho todas las campañas del cardenal––duque–– Venid aquí. De ése nada se puede esperar, mientras que a éste tal vez aún podamos salvarle. Sonrió melancólicamente el herido, y dijo: ––Salvarme no, pero sí ayudarme a morir. ––¿Sois sacerdote? ––preguntó Raúl. ––No, señor. ––Pero...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información