Veinte años después: XXXI. La Plaza Real
Veinte años después: Capítulo XXXI. La Plaza Real
de Alejandro Dumas
Se dirigieron en silencio los cuatro amigos al centro de la plaza, pero
justamente en aquel momento acababa de salir la luna de entre unas
nubes, y siendo fácil que los vieran a su claridad en aquel descubierto
paraje, acogiéronse a la sombra más densa de unos tilos.
Detuviéronse ante un banco de los que había esparcidos de trecho en
trecho, y a una indicación de Athos se sentaron Artagnan y Porthos, estando
de pie los otros dos.
Pasado un momento de silencio, mientras vacilaban los circunstantes
en promover aquella difícil explicación, dijo Athos:
––Caballeros, nuestra presencia en este sitio es una prueba del poder
de nuestra antigua amistad: no ha faltado uno siquiera; ninguno, por
consiguiente, nadie tiene nada que echarse en cara.
––Creo, señor conde ––dijo Artagnan––, que en lugar de andar con
cumplimientos que quizá no merecemos ninguno, debemos explicarnos
como hombres de...
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