Veinte años después: XXVII. El camino real
Veinte años después: Capítulo XXVII. El camino real
de Alejandro Dumas
De este modo atravesaron todo el arrabal de San Antonio y el camino
de Vincennes; poco después salieron de la ciudad, más tarde llegaron al
bosque y últimamente divisaron el pueblo.
Los caballos se animaban a medida que entraban en calor; sus narices
respiraban fuego. Artagnan iba media vara delante de Porthos, clavando
con desesperación las espuelas en los hijares de su corcel. Mosquetón les
seguía a poca distancia; los guardias seguían diseminados, según la resistencia
de sus cabalgaduras.
Desde una eminencia divisó Artagnan un grupo de personas paradas a
la otra parte del foso, enfrente de la parte de torre que mira a San Mauro.
Conoció que por allí debía haberse escapado el prisionero, y que allí debía
dirigirse para tomar informes. Cinco minutos después llegó a aquel
sitio, reuniéndoseles los guardias sucesivamente.
Gran número de ociosos estaban mirando la cuerda, pendiente...
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