Veinte años después: XX. Grimaud entra en el ejercicio de sus funciones

Veinte años después: Capítulo XX. Grimaud entra en el ejercicio de sus funciones de Alejandro Dumas Grimaud presentóse en el castillo de Vincennes bajo buenos auspicios. El señor de Chavigny se apreciaba de fisonomista, y esto corrobora la idea de que descendía de Richelieu, que tenía la misma pretensión. Examinó cuidadosamente al demandante, y su entrecejo, lo delgado de sus labios, lo puntiagudo de su nariz y lo saliente de sus pómulos le parecieron buenos auspicios. No le dijo más que doce palabras: Grimaud respondió cuatro. ––Buena cara tiene este hombre ––dijo el señor de Chavigny––. Presentaos al señor de La-Ramée y manifestarle que me convenís por todos conceptos. Grimaud dio media vuelta y fue a sufrir la inspección mucho más rigurosa de La-Ramée; decimos mucho más rigurosa, por cuanto así como el señor de Chavigny podía descansar en él, a él le importaba poder, a su vez, descansar en Grimaud. Grimaud tenía todas las circunstancias...

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