Veinte años después: LXXXI. Los tres lugartenientes del generalísimo

Veinte años después: Capítulo LXXXI. Los tres lugartenientes del generalísimo de Alejandro Dumas No bien hubieron salido de la posada del Gran Carlo-Magno, dirigiéronse Athos y Aramis al palacio del duque de Bouillon, conforme lo habían determinado. Estaba la noche muy tenebrosa, y aun cuando ya se acercaban sus más silenciosas y solitarias horas, oíanse esos infinitos ruidos que no dejan dormir con descanso a una ciudad sitiada. A cada paso se tro pezaba con barricadas; en cada esquina se divisaban cadenas, y en cada encrucijada retenes; cruzábanse las patrullas dándose mutuamente el santo; recorrían la plaza los emisarios de los diferentes jefes, y entre los tranquilos habitantes que permanecían en los balcones y sus conciudadanos más belicosos que corrían por las calles con la partesana al hombro o el arcabuz al brazo, se entablaban animados diálogos que patentizaban la agitación de los espíritus. Antes que diesen cien pasos Athos y Aramis, les detuvieron los...

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