Veinte años después: LXXIV La conversación

Veinte años después: LXXIV La conversación de Alejandro Dumas Tan inesperadamente se vio sorprendido Mordaunt, tan confusos fueron los sentimientos bajo cuya impresión subió la escalera, que no le fue posible conservar íntegra su réflexión, pues en los primeros momentos se vio dominado por la emoción, la sorpresa y el invencible terror que de todo hombre se apodera al caer en manos de un adversario mortal y de fuerzas superiores, cuando supone que este enemigo se halla en otro sitio y atendiendo a otros objetos. Poco después que se sentó, luego que notó que se concedía una tregua, cualquiera que fuese su causa; reconcentró todas sus ideas y reunió todas sus fuerzas; en vez de intimidarle el fuego de las miradas de Artagnan, le electrizó porque aquellas ardientes y amenazadoras miradas revelaban francamente su odio y su cólera. Dispuesto Mordaunt a aprovechar la menor ocasión para salir del paso, fuera por fuerza, o por medio de alguna estratagema, se replegó...

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