Veinte años después: LXII.¡Jesús!
Veinte años después: Capítulo LXII. ¡Jesús!
de Alejandro Dumas
Al llegar Mordaunt frente a la casa vio a Artagnan a la puerta y a los
soldados tendidos sin orden con sus armas sobre el césped del jardín.
––¡Ah de la casa! ––gritó con voz sofocada por la precipitación de su carrera––.
¿Permanecen ahí los prisioneros?
––Sí, señor ––dijo el sargento levantándose vivamente como los demás
soldados, quienes llevaron también como él la mano a la frente.
––Bueno: cuatro hombres para sacarlos y conducirlos a mi alojamiento.
Preparáronse los cuatro hombres.
––¿Qué es eso? ––gritó Artagnan con el gesto burlón que nuestros lectores
han tenido ocasión de observar en él desde que le conocen––: ¿qué
hay de nuevo?
––Que he mandado sacar a los prisioneros que hemos hecho esta mañana
y llevarlos a mi casa.
––¿Y por qué? ––preguntó Artagnan––. Dispensad la curiosidad, pero ya
conoceréis que me importa enterarme del...
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