Veinte años después: LVII Athos y Aramis

Veinte años después: Capítulo LVII. Athos y Aramis de Alejandro Dumas Artagnan se dirigió al momento a la cuadra, y con ayuda de la escasa claridad que despedían los primeros albores del crepúsculo, pudo buscar su caballo y el de Porthos, que estaban atados al pesebre, que observó que se hallaba vacío. Compadecido de los pobres animales, marchó hacia un rincón en que se veía relucir un poco de paja, libertada milagrosamente de la noche anterior; pero al reunir esa paja con el pie, tropezó la punta de su bota con un cuerpo redondo, que, herido sin duda en parte sensible, dio un grito y se levantó de rodillas restregándose los ojos. Era Mosquetón, que por no tener paja propia usurpó la suya a los caballos. ––¡Arriba, Mosquetón, arriba! ––le dijo Artagnan––. ¡A caballo! Reconociendo el lacayo la voz del amigo de su amo, incorporóse precipitadamente, y al hacerlo, dejó caer unos cuantos luises de los que ilegalmente había ganado durante la...

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