Un voluntario realista : 30

Un voluntario realista : 30 de Benito Pérez Galdós -¡Oh señora! -exclamó- no juegue usted con mi corazón. ¿Y cómo ha de poder ser que usted me ame? -Mereciéndolo. -¿Cómo? -¿De qué nace el amor sino de la admiración y de la gratitud? Cuando no nace de esto es fútil capricho que se va tan pronto como viene. -¡Admiración! -dijo Tilín meditabundo-. ¡Oh! sí, es verdad. Por eso yo soñaba con ser un héroe, con realizar hazañas grandes y extender mi fama por todo el mundo, para que admirándome usted me amase. -Pero más que de la admiración nace el amor de la gratitud -dijo la monja firme ya en su papel-, nace de la placentera dicha que nos produce la contemplación de las virtudes y de los sacrificios de otra persona. Un acto de abnegación sublime, uno de esos actos que ponen de manifiesto la superioridad de un alma, basta a encender el amor en el...

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