Un voluntario realista : 19

Un voluntario realista : 19 de Benito Pérez Galdós La idea de su triunfo regocijó de tal modo a Servet, mejor dicho, le enloqueció tanto que estuvo a punto de gritar: «¡Galgos del infierno, no me cogeréis aquí!». No pudo reprimir la risa que le inspiraba el inútil furor y la confusión de sus perseguidores. Se reía con toda su alma inundada de una complacencia delirante. Creía sentir bajo su cuerpo la trepidación del convento y del pueblo todo lo que era como la prolongación de su carcajada. Siguió observando y vio que sus perseguidores se detenían al pie del muro, y uno de ellos señalaba a lo alto. Uno había sospechado, y la idea no había parecido a sus compañeros absurda. Les oyó discutir: después miraron todos hacia arriba, como si un secreto instinto u olfato de sabueso les indicase que allí estaba el rastro del hombre perdido. Servet tuvo cuidado de retirar la...

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