Un voluntario realista : 17

Un voluntario realista : 17 de Benito Pérez Galdós Conviene apartar los ojos por ahora de los sustos y congojas de aquella noble mujer, sometida por el pícaro Enemigo Malo a duras pruebas, para fijarlos en los pasos cada vez más errados y torpes, del infelicísimo voluntario realista, el cual parecía no ya sometido a pruebas o escrúpulos, sino arrastrado al mismo infierno por Satanás, atizador infame de las humanas pasiones y perturbador de aquellas almas que encuentra organizadas con alientos grandes, mas sin el sostén de un sentido moral muy puro. Por noticias de muy fiel origen sabemos que Tilín, luego que salió de la celda de Sor Teodora de Aransis, dejando a esta sin habla ni sentido, montó a horcajadas sobre el barandal de madera, y sin esfuerzo alguno, inclinándose de un lado, puso el pie en los palos horizontales del emparrado. No era preciso ser gran equilibrista para andar por allí, a causa de la robustez...

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