Un voluntario realista : 12

Un voluntario realista : 12 de Benito Pérez Galdós Largo rato estuvo la madre sin volver de su espanto, aterrada y sobrecogida, sintiendo sobre su alma un peso colosal y una opresión tan angustiosa en su pecho que apenas podía respirar, y todo lo veía negro y rojo, como si se hallara bajo las pavorosas bóvedas del Infierno. La inaudita revelación, tan sacrílega como infame, había producido en su espíritu una sacudida espantosa como la que produciría un reclamo verbal del mismo Satanás, reclutando gente para sus calderas. No obstante el espíritu de la buena religiosa estaba absolutamente limpio de pecado en aquel negocio, y ni con fugaz idea, ni con vano pensamiento era cómplice de la execrable pasión de Armengol. Por el contrario el atrevido sacristán representósele desde aquel instante como un ser aborrecible, digno de los más crueles castigos. El primer cuidado de la dama aquella noche...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información