Teresa la Limeña: Epílogo

Novelas y cuadros de la vida sur-americana Teresa la Limeña - Epílogo de Soledad Acosta de Samper Désormais étrangère à la vie, je la regarderai passer comme un ruisseau qui coule devant nous, et dont le mouvement égal finit par nous communiquer une sorte de calme. MADAMA DE STAËL Se pasaron meses. Teresa volvió a la sociedad; reía y conversaba como antes, y su vida exterior no había cambiado. Visitaba y recibía visitas con entera serenidad, y aun hablaba de Montana sin turbarse. Algunos suspiros ahogados, una profunda indiferencia por cuanto la rodeaba, cierta ironía triste en sus palabras y pensamientos, y algunos ímpetus de descontento doloroso, eran las únicas señales que habían quedado de la herida secreta que llevaba en su corazón. Nadie la comprendía ya; solamente uno había leído en su pensamiento como en un libro abierto y penetrado con una mirada las sombras que pasaban por él...; pero ya no había quien leyera más, y podía con seguridad...

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