Teresa la Limeña: 11

Novelas y cuadros de la vida sur-americana Teresa la Limeña - Capítulo XI de Soledad Acosta de Samper Voe sóli! (Desgraciado del que está solo.) Un día Teresa recibió esta carta, y la faz de su vida cambió completamente: «Querida nuera: es indispensable que usted se ponga en marcha para acá, apenas reciba ésta. León está tan gravemente enfermo que se cree no vivirá muchos días; su deseo constante es verla a usted, y me apresuro a unir mis súplicas a las suyas para llamarla a su lado. Sin embargo, no he perdido todas las esperanzas, y éstas se fundan en usted; la agradable emoción de verla puede producir una reacción favorable. Su afectísimo suegro, J. TRUJILLO» -Lea usted -dijo Teresa a su padre, y se le llenaron los ojos de lágrimas. -Muy molesto será este viaje, ahora -observó él, devolviéndole la carta-. Tal vez sean aprehensiones de Trujillo. -¡Ojalá!, pero sean o no aprehensiones, debo irme. Santa Rosa se quedó un momento pensativo y de...

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