Teresa la Limeña: 07

Novelas y cuadros de la vida sur-americana Teresa la Limeña - Capítulo VII de Soledad Acosta de Samper La volonté se brise contre les évenements; la resignation seule appartient à l'homme... c'est le plus haut degré de la vertu humaine. M. GATTI DE GAMOND El 14 de octubre por la noche Teresa estaba en casa de Rosita. Temerosa de encontrarse sola, al caer el sol, se cubrió con un velo negro y fue a buscar la compañía de Rosita, muy acorde con los sentimientos que deseaba tener al día siguiente. Varias visitas fueron llegando a la cuadra en que recibía la alegre limeña, cuya sociedad buscaban con ahínco los jóvenes deseosos de divertirse. Teresa permanecía callada y meditabunda y no se mezclaba en la conversación general; pero en donde estaba Rosita no podía haber silencio ni encogimiento; todos, los hombres particularmente, tenían con ella, en breve, la mayor confianza. -¿Sabe usted, Rosita -dijo un chancero chileno recién llegado a Lima-, que han dicho...

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