Tercer Libro de La Galatea: 07

Cielo sereno, que con tantos ojos los dulces amorosos hurtos miras, y con tu curso alegras o entristeces a aquel que en tu silencio sus enojos a quien los causa dice, o al que retiras 5 de gusto tal y espacio no le ofreces: si acaso no careces de tu benignidad para conmigo, pues ya con sólo hablar me satisfago, y sabes cuanto hago, 10 no es mucho que ahora escuches lo que digo, que mi voz lastimera saldrá con la doliente ánima fuera. Ya mi cansada voz, ya mis lamentos bien poco ofenderán al aire vano, 15 pues a término tal soy reducido, que ofrece amor a los airados vientos mis esperanzas, y en ajena mano ha puesto el bien que tuve merescido. Será el fruto cogido 20 que sembró mi amoroso pensamiento y regaron mis lágrimas cansadas, por las afortunadas manos a quien faltó merescimiento y sobró la ventura, 25 que allana lo difícil y asegura. Pues el que vee su gloria...

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