Tánger

De Calcomanías A D. Alfonso Maseras La hélice deja de latir;así las casas no se vuelan,como una bandada de gaviotas. Erizadas de manos y de brazosque emergen de unas mangas enormes,las barcas de los nativos nos abordanpara que, en alaridos de gorila,ellos irrumpan en cubiertay emprendan con fardos y valijasun partido de “rugby”. Sobre el muelle de desembarco,que, desde lejos,es un parral rebosante de uvas negras,los hombres, al hablar,hacen los mismos gestosque si tocaran un “jazz-band”,y cuando quedan en silencioprovocan la tentaciónde echarles una moneda en la tetillay hundirles de una trompada el esternón. Calles que suben,titubean,se adelgazanpara poder pasar,se agachan bajo las casas,se detienen a tomar sol,se dan de naricescontra los clavos de las puertasque les cierran el paso. ¡Calles que muerden los piesa cuantos no los tienen achatadospor las travesías del desierto! A caballo en los lomos de sus mamás,los chicos les taconean la verijapara que...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información