Sexto Libro de La Galatea: 40

Cuando Nísida acabó de cantar y acabó de admirar a Galatea y a los que escuchado la habían, estaban ya bien cerca del lugar adonde tenían determinado de pasar la siesta; pero en aquel poco espacio le tuvo Belisa para cumplirlo que Silveria le rogó, que fue que algo cantase; la cual, acompañándola el son de la flauta de Arsindo, cantó lo que se sigue: BELISA Libre voluntad esenta, atended a la razón que nuestro crédito augmenta; dejad la vana afición, engendradora de afrenta; 5 que cuando el alma se encarga de alguna amorosa carga, a su gusto es cualquier cosa compusición venenosa con jugo de adelfa amarga. 10 Por la mayor cantidad de la riqueza subida en valor y en calidad, no es bien dada ni vendida la preciosa libertad. 15 ¿Pues, quién se pondrá a perdella por una simple querella de un amador porfiado, si cuanto bien hay crïado no se compara con ella? 20 Si es insufrible dolor tener...

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