Sextina

[1] La lluvia de septiembre cae sobre la casa.En la luz que declina, la vieja abuelaestá sentada en la cocina con el niñojunto a la pequeña estufamarca Maravilla, lee chistes en el almanaque,charla y ríe para ocultar sus lágrimas. Piensa que sus equinocciales lágrimasy la lluvia que golpea el techo de la casafueron pronosticadas por el almanaque,aunque esto sólo lo sabe una abuela.La caldera de hierro canta sobre la estufa.Ella corta algún pan y dice al niño: ya es la hora del té; pero el niñocontempla la tetera y sus pequeñas, duras lágrimasque bailan como locas sobre la ardiente, negra estufa,como debe de bailar la lluvia sobre la casa.Ordenada, la vieja abuelacuelga el sabio almanaque por su cordel. Como un pájaro, el almanaqueentreabierto se cierne sobre el niño,se cierne sobre la vieja abuelay su taza de té llena de oscuras lágrimas.Ella tiembla de frío y dice: la casaestá helada, y echa más leña a la estufa. Tenía que ser, dice la estufamarca...

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