Sevilla
Sevilla
de Eduardo Asquerino
Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.
¡Ay! ¡qué aroma embalsamado,
y qué armonioso concento,
y qué susurro acordado
al claro espacio alborado
lleva en sus alas el viento!
¡Salve, ciudad de las flores!
que hasta olvidé mis dolores
en tus eternos pensiles;
¡Eden de los Irasfiles,
paraíso de los amores!
Al sol tocando su frente,
en mar de aromas se baña
rica matrona esplendente;
es la perla que el Oriente
dejó entre flores á España.
La que en sus glorias encierra
al que tuvo en santo anhelo
ganando su trono en guerra,
para reinar en su tierra
que santificarlo el cielo.
Paraíso de serafines,
la de los gayos jardines
señora del reino moro,
la de los mil paladines,
la de la torre del Oro.
En el Eden de Irasfil
el mas fragante pensil,
la envidiada maravilla
de pueblos y reyes mil,
la hermosa oriental Sevilla.
Esas montañas frondosas,
murallas de nardo y rosas
que por cercarte se...
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