Sangrienta la quijada, que por ellas

Sangrienta la quijada, que por ellas de Lope de Vega De Abel y José Soneto 177    Sangrienta la quijada, que por ellas Adán comenzó a ser inobediente, Caín deja mil bocas en la frente del tierno Abel, para formar querellas.    Tiran del manto de Josef las bellas manos de una mujer, y, de impaciente, por adúltero prende al inocente que cegó con la capa las estrellas.    Allí los padres muerto al mártir vieron; allí al vendido, en carro de oro, el año estéril, los hermanos piden trigo.    Muere Abel, Josef triunfa, porque fueron Caín hermano y faraón extraño, y no hay cuchillo como el propio amigo. Sonetos - Parte II de Lope de Vega Versos de amor, conceptos esparcidos - Cuando imagino de mis breves días - Cleopatra a Antonio en oloroso vino - Era la alegre víspera del día - Sirvió Jacob los siete largos años - Al sepulcro de Amor, que contra el filo - Estos los sauces son y ésta la...

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