Sancho Saldaña: 40

Capítulo XL 40 Pág. 40 de 49 Sancho Saldaña José de Espronceda Viéndole en su promesa tan constante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . salió a la prima noche en gran secreto. ERCILLA, Araucana. Dos días después llegó el judío a Cuéllar cargado de cadenas y escoltado por un numeroso cuerpo de alabarderos, que llenos de cuidado venían porque no se les escapara, habiéndoselo encomendado mucho el buen Zacarías, que les había contado maravillas de las brujerías que él mismo le había visto hacer. Al menor movimiento que hacía el infeliz, a la más breve palabra que pronunciaba, se hallaba las puntas de las alabardas al pecho, amenazando matarle si no callaba o no permanecía quieto, temerosos no fuera algún conjuro o alguna intención de escaparse. Mirábanle todos con asombro, persignábanse muy a menudo, amenazábanle con más frecuencia, habiéndole...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información