Sancho Saldaña: 33

Capítulo XXXIII 33 Pág. 33 de 49 Sancho Saldaña José de Espronceda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Y en ciego desvarío, lánzase a la virtud, lánzase al crimen. VENTURA DE LA VEGA Algunos días después de esta reñida batalla volvió Sancho el Bravo a descansar en Cuéllar de las fatigas de la guerra, habiendo puesto guarniciones en algunos castillos de los señores que habían tomado parte en la rebelión, demolido otros, y reducido a la obediencia aquella parte de Castilla que primero había tomado las armas. Sólo el Velludo, que en la derrota de aquel día, fatal para los conjurados, había logrado salvarse, andaba aún por aquellos contornos con su partida, burlando la vigilancia de las tropas reales, y algunas veces molestándolas y causándoles descalabros que, aunque de poca consecuencia, obligaban a tener todavía mucha gente ocupada en su persecución. Seguía prisionero Hernando aguardando la muerte con resignación, no...

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