Resucita San Francisco veinticinco muertos

Resucita San Francisco veinticinco muertos de Pedro Calderón de la Barca Quintillas Tirana la idolatría a su imperio mal regido, ignorante presidía en cuyo engaño el olvido muertas las almas tenía.   Y entre ciegos pensamientos de adoraciones inciertas, los cuerpos como violentos, trayendo las almas muertas, eran vivos monumentos.   Nuevo sol resplandeciente en oriente amaneció a su sueño dignamente; que como a dar luz salió empezó por el oriente.   Y como del cielo dueño vertiese rayos de fe, en tan luminoso empeño forzoso a las almas fue despertar de largo sueño.   Mucha fue la luz que dio; mas de la muerte jüez, mayor gloria mereció con alma que ya una vez helado el cuerpo dejó.   Más luz le debe advertir quien llega a considerar que puede, a tanto dormir, el que duerme despertar y no el que muere vivir.   Allí la piedra se ve que...

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